jueves, 27 de diciembre de 2007

Gracias.


Por resignar millones de euros para vestir la gloriosa rojiblanca, que amás tanto como la amamos todos nosotros.

Por dejar todo adentro de la cancha, pero todo.

Por jugar los clásicos con el corazón, sin negociar el esfuerzo en ningun momento.

Por ser hincha de Estudiantes.

Por poner a la gente sobre los millones de dolares que te ofrecian.

Por salir y hablar sobre las lacras que están usando al glorioso Club Estudiantes de La Plata, sin temerles, y decir todo.

Por volver para sacarnos campeón, cosa que nunca olvidaremos.

Por quedarte. Por demostrar que el dinero no es lo más importante de todo.

En estas pocas palabras, traté de resumir todo lo que siento por vos. Es imposible, no me alcanzan las palabras, me emociona hablar de vos, verte jugar, verte hacer goles y besarte la camiseta, ovacionarte, ver como levantás los brazos. Sos grande Juan Sebastián, sos ídolo Juan Sebastián, sos D11os Juan Sebastián.

Te amamos, y GRACIAS.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cuando el silencio no es salud.

“La prudencia de Estudiantes de guardar silencio durante las últimas semanas pese al requerimiento público, obedeció a la firme decisión de privilegiar la cuestión deportiva ante la inminente finalización del campeonato (…)Fue por ello que, con profunda convicción y en la obligación como dirigentes de aceptar las críticas por la demora en beneficio del Club se optó por el silencio, en la inteligencia que esa conducta nos llevaría a cerrar el torneo obteniendo la mayor cantidad de puntos en disputa posibles.”


Estamos cansados del silencio. Queremos saber. Basta, hablen de una vez por todas. Y no es la primera vez que nos pasa esto. ¿Es tan difícil, contarle a todos los socios y simpatizantes, que es lo que ocurre en Estudiantes?. ¿Porqué no nos confirman quienes son los candidatos a ocupar el puesto de Simeone? ¿Qué tenemos que hacer para mostrarles que estamos hartos de su silencio, cómplice, a los intereses del mismo de siempre?.

A diferencia de otros clubes (como Racing), Estudiantes es de la gente. La gente opina, vota, habla. Pero, hay veces, que parece que Estudiantes fuese de Alegre. El decide cuando hablar, quien se va, quien se queda, que pasos seguir… el define todo. ¿Es el titiritero de nuestra Comisión Directiva?

En el futuro, asoma la Copa Libertadores. Pero no sabemos quien será el DT, no sabemos si se queda la Brujita Verón, no sabemos que refuerzos llegarán. Tenemos tantas expectativas para esta Copa… se puede. Yo creo que con el esfuerzo que hicimos, se puede. Pero, volvamos a unir las “cuatro patas de la mesa”. ¿Está la gente?. Si, está. ¿Están los jugadores?.Si, están. ¿Están los dirigentes? … ¿Está el cuerpo técnico? No. Apuntemos hacia el mismo lado, por favor. Si ya la tenemos tres veces en las vitrinas… ¿¿¿no sería hermoso tenerla cuatro???. ¿No les gustaría visitar Japón de una vez por todas?. ¿No les gustaría escuchar por los parlantes de nuestra “Tierra de Campeones”: Estudiantes de La Plata: BIIII campeoooooón deeel mundoooo?.

Me encantaría, esa es la respuesta, no la pienses más. El problema es que, si cada uno de los que forman la vida política de nuestro querido Estudiantes, no pone los intereses del club, sobre los propios, pasaremos a ser un club mediocre que sale campeón cada 30 años. El momento de volver a la gloria es este... ¡YA!


domingo, 9 de diciembre de 2007

Crónica de una renuncia anunciada

Te abrimos las puertas. Saliste por la parte de atrás del club de tus amores, y Estudiantes te tendió la mano, en un gesto de respeto y confianza a tu larga y exitosa trayectoria como jugador, aunque breve como entrenador. No escapaste al compromiso de enfrentar al San Pablo de visitante, en el partido de vuelta de los Cuartos de la Libertadores 2006, y tu equipo lo encaró “con el cuchillo entre los dientes”, y, aunque la clasificación no se dio, dejaste un mensaje claro a la gente:

“Ahora vamos a ganar el Apertura”


El apertura 2006 empezó bien. Tres victorias sobre tres partidos jugados, 4 goles a favor y ninguno en contra. Después, vino “la mala”: derrotas con Belgrano, Boca y Rosario Central. Empate con Banfield, y ya muchos dudaban de tu continuidad… pero la gente te respaldó, y el equipo ganó diez partidos de diez. Vencimos a grandes como River, Racing, San Lorenzo e Independiente. La histórica goleada a Gimnasia, pero lo más importante, era ver a un equipo en cancha, que hacía lagrimear hasta al pincha de corazón más duro.
Boca era el campeón cantado, ya se preparaban los festejos, pero el mensaje fue claro:

“La gente que venga a Argentinos tiene que creer, y el que no crea, que se quede en su casa”. La historia de Estudiantes es creer y querer siempre más y no darse por muertos nunca, y nosotros vamos a respaldar esa imagen”


Fuimos. Y Choy nos pegó un cachetazo. No bajamos los brazos, jamás… y lloramos con Alayes, tocamos el cielo con el sombrero de Pavone a Bobadilla, se nos puso la piel de gallina con el recuerdo al Ruso Prátola, y quebramos con tu:


''...hay que siempre creer, gente, porque en la vida hasta que no esta dicha la ultima palabra, no hay que darse por vencido...''


Así, de repente, en seis meses, te identificaste con lo que significa para nosotros el Club Estudiantes de La Plata, y pasaste a ser ídolo.
El 2007 se iniciaba lleno de esperanzas. Comenzamos bien, un tercer puesto en el Clausura, luchamos hasta la antepenúltima fecha, pero, aunque algunos resultados no se daban, el equipo seguía emocionando: Como olvidar el clásico ganado debajo de la lluvia, la victoria a River sobre la hora en el Monumental (¿tú nueva casa?) y esa carrera loca hacia la gente… que otra vez se rendía a tus pies… que te adoptó como un hijo propio, que se atrevió a decirte “Cholito”. Renovaste contrato por un año más, hasta mediados de 2008, lo que nos ilusionó con que la Libertadores vuelva a casa… con vos nos sentíamos invencibles, todo era posible. Pero acá recibimos tu primera cachetada. Los ídolos no se tocan, como NUNCA hubiésemos permitido que te toquen a vos, Cholo. Algo no andaba bien, era obvio. Caldera se fue a Arsenal, llorando, y encima, lo trajiste a Guglielminpietro (llevátelo a River, por favor). La cachetada dolió… pero te lo supimos perdonar, Diego. Las cosas no quedaron para nada bien entre vos y nuestro D11os. Y sabías muy bien, por quien íbamos a tomar partida si era necesario. Pero entre idas y vueltas, comenzamos un semestre raro, por el inesperado breve paso por la Sudamericana, y por lo atípico de este torneo, que , con 30 puntos, nos permitió ocupar un puesto, nada despreciable por cierto. Volviste a ganar un clásico, marca registrada en tu paso por Estudiantes, y el equipo mostró ese hambre de gloria que prometiste en el Morumbí, y que nunca faltó. Pero, cuando todo parecía ser bueno, se desató la tormenta… el diablo metió la cola (o el Arse, mejor dicho), Passarella se fue de River, y el prepotente de Agüilar, los medios, sumado a “el dirigente negro” de nuestra institución, cambiaron tu parecer. Los rumores iban y venían, pero nosotros tratamos de hacer oídos sordos a todo eso y seguir para adelante. No se pudo. La cosa paso de guate - mala a guate – peor. Pediste refuerzos imposibles para nosotros, no tanto para River. Recuerdo como lloré cuando grité campeón, lo que me emocioné debajo de la lluvia, y todo lo que te amé, junto a 20.000 almas que coreamos tu nombre hasta enrojecer nuestras gargantas. Hoy, te sacaste el cuchillo de la boca, y lo clavaste en nuestro pecho, abriendo heridas que dejaron Merlo y Burruchaga, anteriormente. Hubiese deseado otro final a esta historia, pero no quisiste. No voy a olvidar que gracias a vos fui campeón… eternamente gracias, Diego, pero esta herida será difícil de cerrar.